January 18, 2008

Cerruti 1881



Tomé mi abrigo y salí de la oficina. Bajé los cinco pisos por las escaleras para darle emoción al encuentro con un día hermoso. Me senté en una banquita y levanté la cara para sentir los rayos del sol bañándome la piel y este par de piernas que más de uno ha imaginado conquistar. Estuve así un rato hasta que el viento hizo volteretas y arrojó la bufanda lejos de mi estirado cuello; corrí tras ella con gran ligereza pero no llegué a levantarla porque me ganó ÉL. Tomó la bufanda con sus manos huesudas y la acercó a su cuerpo pulcro y trajeado. Ninguno de los dos pudimos articular palabra pero sé que ambos tenemos algo que guardaremos en el recuerdo: yo su loción y él mi perfume.

1 comment:

caracol said...

estoy segura que probablemente se acuerde de más cosas de tí, así como tu te acuerdas de sus manos huesudas y su cuerpo pulcro y trajeado.
los olores son deliciosos de recordar, pero muy dificil de hacer, he descubierto.