August 26, 2008

Feliz compromiso




Mencionar la palabra compromiso siempre me hace pensar en los anillos de mis abuelos. Quizá por eso recuerdo que desde niña sentí curiosidad por las manos de mi abuela. Se reía cuando le preguntaba si yo tendría manchas como ella y si también sufriría de hinchazón en épocas de calor. Pasaba mucho tiempo comparando la textura y tonalidad de nuestra piel, pero lo que más llamaba mi atención era que en cada mano tenía un par de anillos dorados. Una tarde dejó el tejido a un lado para explicarme que ella utilizaba los anillos de matrimonio de mi abuelo también: “Mira, mamacita, el anillo delgado es de cuando me casé con tu abuelo la primera vez y el otro más gruesecito de cuando nos volvimos a casar veinticinco años después. Y como tu abuelo no se los pone pues mejor los uso yo; de esta forma yo guardo en cada mano una parte del compromiso que hicimos hace tantos años”.
Esa tarde intentó quitárselos para que pudiera verlos detenidamente, pero fue imposible; parecía que sus dedos se resistían a que otras manos los tocaran así que me resigné.

Hoy salí de trabajar y lloré en el trayecto de regreso. Me he descubierto más sensible que otros días e invariablemente reflexiono sobre mí y el logro tan grande que significa haberme aceptado y decidir conocerme, aprender a vivir conmigo y a tomar el compromiso personal como un estilo de vida. Esas ideas me las llevé a la librería y estuve pensándolas largo rato. Al cabo de unas horas llegué a casa y durante la cena mi papá sacó varios regalos para mi mamá y para mí: mañana cumplimos años y como él debe viajar por trabajo quiso –como siempre- adelantar la sorpresa de los regalos.
Muy emocionada abrí primero la caja pequeña y se me fue el aliento. Mis ojos se llenaron de lágrimas cuando tuve enfrente lo inesperado: los anillos de mis abuelos.

Más que celebrar un cumpleaños, creo que es momento de celebrar mi compromiso con la vida.

August 22, 2008

Raíces


El pasado de tierra mojada
guía el presente de una enredadera
hacia el futuro de las flores

August 17, 2008

El año de mi vida II


Mi año fiscal cierra en diez días. De no haber trabajado en un área de finanzas difícilmente hubiera pensado en ese término para nombrar mi cumpleaños aunque –admito- tengo la exquisita maña de dar organización verbal a los hechos. Incluso antes de cerrar el año yo sé que el estado de resultados es favorable y que la decisión de invertir en amor y paciencia ha sido –quizá- la mejor para obtener utilidades de felicidad en el negocio de mi vida.

August 10, 2008

El año de mi vida I


Las tardes lluviosas y el sol de verano dejan a su paso la puerta de mis emociones entreabierta. Al cabo de unos días, Agosto estira sus brazos y se dedica a observarme desde la pared donde penden los días: mis años.
Los motivos del silencio que embriaga mi compañía son mera reacción del autoanálisis que suelo hacer cada doce meses, a pocos días para cerrar y retomar fuerzas para iniciar el siguiente ciclo que marca mi historia con un año más.
Los deseos que pedí en el dosmilsiete antes de soplar las velitas de mi pastel fueron dos: amor y paciencia. En ese entonces yo estaba recién graduada de la universidad y bajo la adrenalina que produce el cansancio crónico, fue tardado el proceso para darme cuenta de lo alejada que estaba de mi propia vida. Recuerdo ya sin dolor el pánico de sentir que nada me pertenecía y que mis planes personales estaban perdidos u olvidados en el cajón de los pendientes. Entre conversaciones triviales con varias amigas, una de ellas me tomó de la mano y me preguntó “¿qué necesitas? Hace tiempo que no eres tú” No respondí sino al cabo de dos días cuando le llamé a mi terapeuta y, ya en sesión, pedí ayuda. Yo necesitaba reencontrarme.
A finales de octubre hice un viaje con mi familia. El otoño nos recibió con nieve y el olor a frío húmedo de las montañas. Tuve oportunidad de regresar a la casa donde viví siete años atrás y el privilegio de tocar el recuerdo de la persona que fui entonces. Durante el viaje resucitó la intensidad de mi vida y empecé a mudar de hojas al mismo tiempo que la introspección me llenaba las manos de palabras.
Las promesas personales surgidas del viaje tomaron cada vez más fuerza y gran parte se la debo al invaluable apoyo de mi hermana. En un arranque de emociones tomó sus cosas, subió al avión y estuvo en casa casi dos meses. Me hizo bien tener alguien con quien hablar por las noches antes de dormir e incluso compartir la misma cama como cuando éramos niñas. La vida de mi hermana y la mía es diferente en todos sentidos, pero los ocho años de vivir a distancia se deshacen apenas nos encontramos con los ojos.
Mi proceso interior cada vez mejoraba, pero la situación laboral empezó a ahorcarme. A pesar de buenos resultados y compromiso con la empresa, el aumento de sueldo se alejaba más de la realidad. Envié currículos a cientos de lugares antes de terminar el año con la esperanza de recibir las primeras oportunidades de entrevista apenas terminaran las fiestas decembrinas. Por alguna razón el teléfono no sonó durante varias semanas y empecé a desesperarme. Tuve ganas de abandonar todo, tuve ganas de no ser responsable y conformista porque mis esfuerzos por ser lo contrario se topaban con la pared del silencio o negativas.
Una tarde de confesiones con una mujer muy sabia dejaron la semilla de una propuesta aparentemente descabellada: abrir un blog. Confieso que dudé varios días en ‘entrarle’, pero no abandoné la idea ya que podía ser una manera alternativa de expresarme. Así fue como Ceteris Paribus llegó al mundo con la timidez que jamás me ha caracterizado, pero con la verdadera intención de quitarme las capas de piel y hacerme de un espacio… el primero de muchos.

August 5, 2008




Me he convertido en los ojos que miran con nostalgia
un objeto cuyo significado ya no tiene sitio.
He de convertirme en los ojos que miran con ilusión

un sitio que se construye a base de significados.

August 4, 2008

¿Dónde nacen los sueños

y dónde tienen la espalda para darles

palmaditas cuando se hacen realidad?

August 2, 2008

Disculpe las molestias que esto le ocasiona


Mi lugar está revuelto entre las cajas de una renovación que parece no terminar en las dos semanas próximas. Ayer no me molestaba, tampoco antier. Hoy me irritó compartir mi baño con el resto de los habitantes de esta casa porque, entre pintura y arreglos que hicieron, el mueble donde pongo mis cosas pasó a mejor vida y ahora el shampoo está en el suelo junto con el resto de los productos. Me enoja la invasión aunque trato de ceder ante las circunstancias porque no soy la única que sufre con esto. Mis papás duermen en la recámara de mi hermana y en mi habitación están los muebles del estudio. Nada está en su lugar. Acomodo mis cosas en sitios inventados, el DVD está mal conectado y como no entiendo nada sobre cables, tuve que postergar mi sesión de películas y comer palomitas viendo YouTube. Hace un rato salí de casa con la idea de ir a comprar un estúpido mueblecito para mi baño, pero ni siquiera llegué a la tienda: estacioné el coche, apagué el motor y eché la cabeza hacia atrás. Utilicé un rectángulo de pavimento con rayas amarillas para pensar en mí. Lloré mi cambio de vida entre sonrisas de logro, pero también me sentí perdida y fuera de lugar en mi propio espacio. Siempre he sabido que mi sensibilidad es mayor ante el caos y a pesar de una revolución a nivel personal, mi casa y sus putas remodelaciones me sacan de equilibrio. Ya tengo suficiente conmigo misma como para lidiar ahora con esto.
Hoy no puedo.

August 1, 2008

Primero de Agosto



Ella es única. Me encanta que sea tan directa y que no se ande con rodeos. Ella es libre, le nace sabiduría por la boca y su risa escandalosa es capaz de conquistar a una multitud. Ella tiene una mente brillante, un corazón amarrado a las paredes de su cuerpo y un par de ojos que arrojan chispas cuando parpadean. Ella es muchas historias entrelazadas, ella es valiente, ella es una taza de té por las noches, ella es subjetiva y ella sabe ser amiga. Ella es trabajadora y a ella le duele la garganta cuando algo le preocupa. Ella es color rojizo y huele a frutas cítricas. Ella es capaz de contenerte en su tierno abrazo. Ella escucha música y se adueña de la pista de baile. Ella es una gran compañía. Ella es ocurrente, chistosa, inteligente, amena, educada, amable. Ella es un museo humano de fotografías. Ella es intensa y talentosa: los poemas nacen entre los dedos de sus pequeñas manos que también acarician vidas ajenas. Ella es preciosa. Ella se tira al drama y hasta eso lo hace con toque personal. Ella sabe escuchar a los demás y ella nunca juzga. Ella es complicada. Ella es admirable. Ella es independiente. Ella ama con pasión y se entrega al paraíso del amor sin medida. Ella grita, llora, sonríe, juega. Ella cocina delicioso. Ella es sorprendente. Ella es fácil de querer y difícil de olvidar. A ella le encanta dar consejos, ella tiene un sentido del humor contagioso. Ella es transparente y mágica. Ella es un paraíso de emociones. Ella frunce el ceño y dice que NO. Yo la respeto porque ella es así y la adoro cada vez más porque nunca deja de ser ella.