Hace tres años que ingresé a esta compañía sentí lo que tantas veces imaginé como una ‘empresa global’. Efectivamente, las personas con quienes hablé por primera vez por teléfono me enviaban instrucciones por mensajería instantánea desde India y parloteaban sobre mi “es-es-ou” (SSO), me dieron instrucciones para loggearme al sistema en un inglés incomprensible. A las dos horas de tener SSO, sametime, teléfono con tres claves diferentes (correo de voz, llamada saliente y clave para larga distancia/celular) tuve que unirme al equipo de trabajo en una junta conocida como “kiú-em-ai” (QMI). Al cabo de cuatro horas, salí de la sala con dolor de cabeza, totalmente abrumada. Las conversaciones necearon sobre el gantry y el bucky para el hospital equis, la falta de permisos para la medicina nuclear con hawkeye que se embarcaba desde Israel, el presupuesto para el famosísimo congreso de RSNA en Chicago para noviembre, el negatoscopio del doctor whatever, los deals en upside para el tercer trimestre del año, el coraje por no haber logrado el “ou-pí” (OP)... Luego la directora mencionó algo sobre las aprobaciones de precio para los equipos y todos me miraron. Hasta ese momento comprendí que yo sería la encargada de hacer eso. Mi primera pregunta fue “¿cómo se hace?” La respuesta fue contundente: “ahí está tu computadora y tienes los accesos para el e-pricing. Si no puedes entrar, comunícate con Marcelo. En cuanto tengas el análisis me envías un meeting request para revisarlo”.
Así empezaron mis días en este lugar. Tuve que aprender a hacer mi trabajo a partir de preguntas y bajo la presión de un negocio que se mueve a un ritmo estúpidamente acelerado. Pasaron las semanas y fui conociendo poco a poco a la gente que me rodeaba. Ante sus ojos fui “la nueva chava” y “Gaby” pasando por “la que habla fuerte” y “la becaria de ventas”. Tuve que darme a conocer con mi trabajo y mi carácter adaptable; aprendí a preguntar aquello que no entendía y a recordar nombres de los distribuidores quienes desesperadamente pedían el precio final de venta para el hospital o clínica.
Hubo momentos de gran pánico y estrés incontenible, pero no todo terminaba ahí. En ese tiempo cursaba los últimos semestres de la universidad y el tiempo era lo que más falta me hacía. Despertaba todos los días a las 5:30am, tomaba clase de 7am y luego a la oficina... Por la tarde regresaba a la universidad. Llegaba a casa alrededor de las 10.30pm, hacía tarea y ponía la cabeza en la almohada justo a la media noche. Mis deseos por aprender fueron la fuerza y el motor para aguantar ese ritmo de trabajo, de otra forma quizá nunca hubiera aguantado.
Un año después surgió la oportunidad de tomar un puesto de tiempo completo. Los horarios en la universidad me lo permitían y el viaje por el mundo profesional me abrió las puertas en el departamento de finanzas. Di un brinco del primer al último eslabón de la cadena en el negocio de equipo para Imagen y Diagnóstico. Primero analizaba precios de venta y luego al tema de cobrar al cliente por equipos y servicios contratados.
Confieso que mis conocimientos en finanzas eran nulos; sin embargo, me llamó la atención cubrir una posición nueva para esta empresa y más la idea de trabajar para la región de Latinoamérica. De este modo inició otra etapa. El equipo de trabajo donde actualmente laboro está conformado por quince personas repartidas en cinco países. Esto implica escuchar distintos acentos y comprender las grandes diferencias que existen entre nosotros a pesar de ser latinos. Admito que me costó mucho tiempo entender un negocio desde el punto de vista financiero porque mi mente no es cuadrada, pero encontré –finalmente- una lógica en los números. Entendí a nivel contable los movimientos de almacén, traslado y entrega de los productos. Entendí, también, el impacto tan fuerte que tiene una mala venta porque, al final, el cliente se enoja y decide no pagar. Me he llenado los bolsillos de conocimiento y múltiples acrónimos: “Para regresar el equipo deben hacer un RMA para tener crédito en A/R. Manda un email al OPSI y que please confirme el status de esto para saber si lo contemplaremos para el cierre de 1Q ó 2Q. En eOM no verás el impacto, mejor entra a Oracle y con el GON revisa el FSet. Debe haber uno nuevo para el item que regresaron. Si no aparece, es necesario abrir un SPR"
Así empezaron mis días en este lugar. Tuve que aprender a hacer mi trabajo a partir de preguntas y bajo la presión de un negocio que se mueve a un ritmo estúpidamente acelerado. Pasaron las semanas y fui conociendo poco a poco a la gente que me rodeaba. Ante sus ojos fui “la nueva chava” y “Gaby” pasando por “la que habla fuerte” y “la becaria de ventas”. Tuve que darme a conocer con mi trabajo y mi carácter adaptable; aprendí a preguntar aquello que no entendía y a recordar nombres de los distribuidores quienes desesperadamente pedían el precio final de venta para el hospital o clínica.
Hubo momentos de gran pánico y estrés incontenible, pero no todo terminaba ahí. En ese tiempo cursaba los últimos semestres de la universidad y el tiempo era lo que más falta me hacía. Despertaba todos los días a las 5:30am, tomaba clase de 7am y luego a la oficina... Por la tarde regresaba a la universidad. Llegaba a casa alrededor de las 10.30pm, hacía tarea y ponía la cabeza en la almohada justo a la media noche. Mis deseos por aprender fueron la fuerza y el motor para aguantar ese ritmo de trabajo, de otra forma quizá nunca hubiera aguantado.
Un año después surgió la oportunidad de tomar un puesto de tiempo completo. Los horarios en la universidad me lo permitían y el viaje por el mundo profesional me abrió las puertas en el departamento de finanzas. Di un brinco del primer al último eslabón de la cadena en el negocio de equipo para Imagen y Diagnóstico. Primero analizaba precios de venta y luego al tema de cobrar al cliente por equipos y servicios contratados.
Confieso que mis conocimientos en finanzas eran nulos; sin embargo, me llamó la atención cubrir una posición nueva para esta empresa y más la idea de trabajar para la región de Latinoamérica. De este modo inició otra etapa. El equipo de trabajo donde actualmente laboro está conformado por quince personas repartidas en cinco países. Esto implica escuchar distintos acentos y comprender las grandes diferencias que existen entre nosotros a pesar de ser latinos. Admito que me costó mucho tiempo entender un negocio desde el punto de vista financiero porque mi mente no es cuadrada, pero encontré –finalmente- una lógica en los números. Entendí a nivel contable los movimientos de almacén, traslado y entrega de los productos. Entendí, también, el impacto tan fuerte que tiene una mala venta porque, al final, el cliente se enoja y decide no pagar. Me he llenado los bolsillos de conocimiento y múltiples acrónimos: “Para regresar el equipo deben hacer un RMA para tener crédito en A/R. Manda un email al OPSI y que please confirme el status de esto para saber si lo contemplaremos para el cierre de 1Q ó 2Q. En eOM no verás el impacto, mejor entra a Oracle y con el GON revisa el FSet. Debe haber uno nuevo para el item que regresaron. Si no aparece, es necesario abrir un SPR"
Me encanta darme cuenta que mis días en esta empresa se convierten hoy en conocimiento y experiencia invaluable. Hace una semana recibí una buena oferta laboral para otra compañía en el área de marketing y la decisión está tomada: mi último día es el 18 de julio. Falta una semana. Este domingo viajo a Miami para entregar los pendientes y tener una serie de reuniones con mi manager durante los próximos días. Es un viaje que no tenía planeado así que mañana éste lugar debe quedar limpio, pero no por eso vacío.
2 comments:
preciosa, eres mi ídola. Siempre añoro poder trabajar en una oficina loca como la tuya, sin embargo al leerte y saber lo agobiante y difícil que es a veces agradezco mi aburrida vida como ama de casa, madre y profesionista independiente.
Qué gusto poder tomar decisiones en cuanto a tu futuro laboral, felicidades!
Describiste de manera genial el proceso de adquisicion de experiencia... es lindo no?
Post a Comment