Pasé cuatro días maravillosos:
1. Me tiré bajo el sol.
2. Leí –en promedio- 180 páginas por día: casi dos libros… Reservé el final del segundo para esta noche. Marisa de los Santos es tan intensa que las últimas veinte páginas no pueden leerse en una sala de aeropuerto.
3. Fumé más de la cuenta. La culpa la tiene el clima húmedo porque se consumen más rápido los cigarros (¿o sea que fumé la mitad? Mmm… Entonces no fue tanto).
4. Dormí poco más de diez horas por día sin considerar las pequeñas siestas a la orilla del mar.
5. Usé una botella de bronceador. Bendito producto porque tengo un tono de piel envidiable.
6. No tuve prisa de nada, me olvidé del reloj.
7. Comí a la hora que me dio hambre.
8. Algunos vacacionistas y los empleados del hotel no se atrevieron a preguntármelo, pero sé que les causó curiosidad el hecho que yo estuviera ‘sola’. Esas miradas con signo de interrogación entre ceja y oreja las conozco bien porque en el cine me sucede lo mismo. Lo mejor de todo: me vale madres.
9. Recuerdo mis sueños de casi todas las noches. El elemento recurrente: agua y/o mar.
10. Estuve conmigo abrazando los días, bronceando el descanso.
Meses atrás planeé este viaje. No me fui al fin del mundo ni conocí lugares nuevos; sin embargo, me atrevo a decir que ha sido reparador escuchar en silencio el hermoso ruido de mi vida.
1. Me tiré bajo el sol.
2. Leí –en promedio- 180 páginas por día: casi dos libros… Reservé el final del segundo para esta noche. Marisa de los Santos es tan intensa que las últimas veinte páginas no pueden leerse en una sala de aeropuerto.
3. Fumé más de la cuenta. La culpa la tiene el clima húmedo porque se consumen más rápido los cigarros (¿o sea que fumé la mitad? Mmm… Entonces no fue tanto).
4. Dormí poco más de diez horas por día sin considerar las pequeñas siestas a la orilla del mar.
5. Usé una botella de bronceador. Bendito producto porque tengo un tono de piel envidiable.
6. No tuve prisa de nada, me olvidé del reloj.
7. Comí a la hora que me dio hambre.
8. Algunos vacacionistas y los empleados del hotel no se atrevieron a preguntármelo, pero sé que les causó curiosidad el hecho que yo estuviera ‘sola’. Esas miradas con signo de interrogación entre ceja y oreja las conozco bien porque en el cine me sucede lo mismo. Lo mejor de todo: me vale madres.
9. Recuerdo mis sueños de casi todas las noches. El elemento recurrente: agua y/o mar.
10. Estuve conmigo abrazando los días, bronceando el descanso.
Meses atrás planeé este viaje. No me fui al fin del mundo ni conocí lugares nuevos; sin embargo, me atrevo a decir que ha sido reparador escuchar en silencio el hermoso ruido de mi vida.
3 comments:
Super!
Un placer de solo leerte...
♪
Que rico!!!!
me da gusto leer a una mujer como tu...
mis respetos...
ENVIDIA PURA!
aunque hubiera estado bien hacer ese viaje con alguien, no? alguien, no sé, digamos, como YO.
=9
besos!
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