April 21, 2008

De Princesas


No puedo olvidar aquellas caritas sonrientes de las niñas en el salón de belleza. Se veían hermosas bajo el maquillaje de brillos que iluminaban sus ojos de felicidad y orgullo por convertirse en princesas. Se miraban asombradas al espejo, tocaban con delicadeza el vestido y la tiara que adornaba su peinado. Me llené de lágrimas ante la inocencia, me enternecí y recordé con melancolía los momentos en que yo también fui dueña de un castillo... Pero más extrañé sentirme la princesa del cuento.

1 comment:

Unknown said...

3 años de mi vida los pasé vestida de princesa. Después el vestido se rompió... pero mi castillo sigue ahí. Sólo necesitas recordar donde esta el tuyo (chance y hasta somos vecinas!)