March 13, 2008

Av. Santa Fe 495-502


Freno de mano, P de parking, apago el iPod, apago el motor, salgo del auto, cierro la puerta, abro la cajuela, saco mi lap-top-mochila, saco mi loncherita, cierro la cajuela cuidadosamente, pongo la alarma y Horacio me hace ‘ojitos’ con sus faros, guardo las llaves en el huequito interior izquierdo de mi bolsa de mano negra. Camino hacia el edificio, subo los 7 escalones grises, me quito los lentes oscuros y los guardo en su estuche, cruzo el lobby, pulso 5 en el tablero fuera de los elevadores, saludo a los guardias con un gesto, me subo al ascensor, saco mi badge de empleado, llego al quinto piso sin escalas, abro la puerta de la oficina, cruzo recepción, voy a la cocina, dejo mi lonchera en el refrigerador, camino hacia mi cubículo, dejo mi bolsa negra sobre el escritorio del lado derecho, saco la lap-top y la enciendo, digito *9696 para escuchar mis mensajes de voz, introduzco las claves para SafeBoot, Sametime y Outlook. Camino hacia a la cocina otra vez, saco mi taza y miro por la ventana mientras dejo reposar el té, me pierdo en el universo de concreto frente a mí. Regreso a mi lugar de trabajo. Me siento frente a la computadora, doy el primer sorbo a mi Twinings y suspiro.
El día ha comenzado.

... la rutina y yo nos sentimos cada día más alejadas. Yo sé que este ciclo ha de terminar.

1 comment:

caracol said...

si eso quieres, ojalá! porque las rutinas a veces son bien enfadosas!!