Ya no sé si reirme o llorar.
Hace unas semanas llegó a mi lugar de trabajo un tipo a comentarme un asunto laboral que no lograba entender ni relacionar con mis actividades/responsabilidades. Lo dejé parlotear (se veía muy desesperado) y al cabo de unos minutos le dije:
Hace unas semanas llegó a mi lugar de trabajo un tipo a comentarme un asunto laboral que no lograba entender ni relacionar con mis actividades/responsabilidades. Lo dejé parlotear (se veía muy desesperado) y al cabo de unos minutos le dije:
Ceteris: Disculpa, Fulano de Tal, pero sinceramente no sé si este tema en particular tenga que ver conmigo y no recuerdo haber autorizado las membresías que mencionas.
Fulano de Tal: Pues me mandaron contigo... eres Gabriela, cierto?
CP: Si, soy Gabriela. A mí se me hace que te confundiste de Gabriela porque habemos varias aquí y todas en diferente departamento.
FdT: Pero tú debes ser Gabriela Bustos, no?
Bajé la mirada hacia mi escote y le dije aún sonrojada:
CP: Estoy, pero no soy la persona que estás buscando. La Gabriela que buscas tiene su oficina al fondo del pasillo.
Fulano de Tal: Pues me mandaron contigo... eres Gabriela, cierto?
CP: Si, soy Gabriela. A mí se me hace que te confundiste de Gabriela porque habemos varias aquí y todas en diferente departamento.
FdT: Pero tú debes ser Gabriela Bustos, no?
Bajé la mirada hacia mi escote y le dije aún sonrojada:
CP: Estoy, pero no soy la persona que estás buscando. La Gabriela que buscas tiene su oficina al fondo del pasillo.
Ahi no termina todo, señores.
Hace un rato llegó Mengano a pregunatar otras cosas pensando -también- que yo debía ser Gabriela Bustos. Lo saqué del error rápidamente y no hubo mayor problema. Me sonrojé igual o peor que la vez pasada, pero creo que Mengano se avergonzó más al escuchar las risas de mis compañeros de trabajo.
Imaginen ahora la burla que me hacen.
A estas alturas creo que lo más sano es tomar la bella confusión como un cumplido.
Hace un rato llegó Mengano a pregunatar otras cosas pensando -también- que yo debía ser Gabriela Bustos. Lo saqué del error rápidamente y no hubo mayor problema. Me sonrojé igual o peor que la vez pasada, pero creo que Mengano se avergonzó más al escuchar las risas de mis compañeros de trabajo.
Imaginen ahora la burla que me hacen.
A estas alturas creo que lo más sano es tomar la bella confusión como un cumplido.
3 comments:
jajajajaja... maldita, por eso te odio!!! sabrosa.
no te quedaría nada mal ese apellido!!!!! ja ja
Hahahaha
Buena anécdota y sobre todo, buen cumplido!!
No crees???
Saludos!
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