January 18, 2009

La fe de mi ceguera (uno)


Tenía una amiga cuya vida sentimental siempre, o casi siempre, iniciaba con una cita a ciegas. Su madre y su abuela se encargaban de organizar el encuentro con el hijo maravilloso de Sarita o con el nieto del socio del esposo de la vecina. El deseo de encontrarle marido a mi amiga era en realidad una necesidad de familia porque, según su padre, una mujer debía contraer nupcias desde joven para dar muchos nietos en vez de pasar la mayor parte del día en la universidad aprendiendo quién-sabe-qué-cosas.

En un inicio yo me emocionaba por ella cuando nos contaba entre clases que tendría otra cita a ciegas. Con el tiempo y los chascos que se llevó –como el patán que le escupió a un mesero por haber derramado una copa de vino por accidente- pensé que las blind-dates eran mera creación hollywoodense. Me decepcioné junto con ella antes de haber tenido mi primer encuentro de película y justo cuando menos me acordaba de aquellas anécdotas llegó mi primera vez.

El cupido fue la fisioterapeuta que me atendió después de cirugía. Entre plática informal mientras hacía ejercicios con una pelota de goma preguntó mis gustos por el sexo masculino. No terminaba de enumerar características cuando dijo sonriente “te voy a presentar al joven que viene los martes por la tarde; te agradará y estoy segura que se llevarán muy bien… Es buen tipo” Y si lo fue, lo es. Del primer encuentro surgió una salida al cine, un café, una cena. Lo nuestro no trascendió. Tal vez por circunstancias ajenas al corazón o tal vez la chispa no fue lo suficientemente fuerte. No lo sé. De lo único que estoy segura es que la primera vez me regresó la fe en Hollywood y una gran duda: ¿Se considera también cita a ciegas cuando –finalmente- surge el encuentro con quien pasaste largas horas sentada frente al monitor? De ser así, ¿estamos entrando en la nueva era del blind-date?

4 comments:

Kyra said...

Creo que si, esa es la nueva modalidad del blind-date; ya que a final de cuentas no sabras si la persona detras del monitor ha sido sincera hasta que la conozcas, hasta que veas sus ojos cuando te habla.

Sin embargo, creo que hay muchas mas posibilidades de exito ya que eres conciente de la persona que vas a conocer, y la conoceras por que asi lo decidiste, por que hubo algo que te motivo a estar presente y ese algo seguro que es algo valioso :)

Abrazos!!

Dorn said...

Yo creo que las citas a ciegas son siempre, la diferencia está en que unas las planean tus amistades o familia y las otras Dios. La historia se vuelve de cuento cuando te quitas lo ciego y abres los ojos para ver con el corazón a quien tienes enfrente y decides jamás dejarlo ir.

Dorn said...

Fe de erratas

*La historia se vuelve de terror cuando te quitas lo ciego y abres los ojos para ver con el cerebro a quien tienes enfrente y decides salir huyendo.

jajaja

Talio de Tyrone said...

Todo lo que me sea,
será.
Todo lo que me tenga que decir,
me lo dirá.
Todo lo que ha de venir,
vendrá.