Querida mano derecha,
Algo tenemos que hacer contigo, conmigo.
Este dolor no es normal y la causa ya la sabemos… Me encanta que hayas acudido al inconsciente para tomar un plan de acción, pero creo que eligieron las imágenes más drásticas del archivo: te pasaste de la raya. No te culpo y sé que tienes razón porque de otro modo no hubiera visto las señales que desde hace días me enviabas.
Antes de iniciar (otra) revolución debemos ir con el doctor. No hay de otra. Tomaremos nota de los cuidados que indique y de ‘pasadita’ le pediré chochitos de paciencia.
Nos vamos a poner bien, no te preocupes.
Besos y apapachos para ti,
Ceteris Paribus