El quinto piso se ha vaciado de tranquilidad.
Estoy en una reunión y hace dos horas que no logro prestar atención. Me repito que es una semana de mucho trabajo, pero a veces parece que se me olvida. Tengo la cara pálida, estoy ausente del movimiento que implica un cierre trimestral, el estómago lo tengo hinchado y tengo hambre. Quiero un ratito de paz mental, abstraerme de los números que anuncian la cantidad de clientes cuyos pagos debemos consolidar. Son muchos millones... ¿Qué haría yo con tanto dinero? Definitivamente no compraría equipo médico para una clínica u hospital; preferiría invertirlo en un viaje a todo lujo con masajista incluido. Respiro el estrés entre la tercera y cuarta taza de café; sin embargo, no lo siento recorrerme las venas como en ocasiones anteriores. Me pregunto si ya me acostumbré o es sólo la anestesia de estar en el ombligo de la semana. Ya es la hora de comida; escucho un teléfono sonar impacientemente a lo lejos y las manos de una mujer tecleando en el cubículo atrás de mí. Mi computadora chilla sutilmente y pone en alfombra roja otro correo electrónico. Abro los ojos en señal de asombro porque es información del banco: han aprobado EL crédito personal. Con gran alegría anuncio al mundo que hoy, veinticinco de junio, se abre la puerta para llevar a cabo uno de mis más grandes sueños.
Ahora sí: a trabajar!!
Estoy en una reunión y hace dos horas que no logro prestar atención. Me repito que es una semana de mucho trabajo, pero a veces parece que se me olvida. Tengo la cara pálida, estoy ausente del movimiento que implica un cierre trimestral, el estómago lo tengo hinchado y tengo hambre. Quiero un ratito de paz mental, abstraerme de los números que anuncian la cantidad de clientes cuyos pagos debemos consolidar. Son muchos millones... ¿Qué haría yo con tanto dinero? Definitivamente no compraría equipo médico para una clínica u hospital; preferiría invertirlo en un viaje a todo lujo con masajista incluido. Respiro el estrés entre la tercera y cuarta taza de café; sin embargo, no lo siento recorrerme las venas como en ocasiones anteriores. Me pregunto si ya me acostumbré o es sólo la anestesia de estar en el ombligo de la semana. Ya es la hora de comida; escucho un teléfono sonar impacientemente a lo lejos y las manos de una mujer tecleando en el cubículo atrás de mí. Mi computadora chilla sutilmente y pone en alfombra roja otro correo electrónico. Abro los ojos en señal de asombro porque es información del banco: han aprobado EL crédito personal. Con gran alegría anuncio al mundo que hoy, veinticinco de junio, se abre la puerta para llevar a cabo uno de mis más grandes sueños.
Ahora sí: a trabajar!!
5 comments:
Felicidades por el préstamo ...
Sé que lo utilizarás sabiamente.
Y a trabajar que no hay de otra ...
AYYYYY!! Què emoción !!! pero cuent sobre el plan, te dejo mi orejita si es secreto... vivan los nuevos proyectos y larga vida a las realidades de tus sueños
Muy buen blog, interesante.
Estuve leyéndote largo rato y sigo.
Vuelvo, beso ♪
juaaaaaaaaaaaaaaa felicidades!!!!!!
bravo!!
Felicidades!!
Por un momento me quede pensando, por que felicitar por que han dado un prestamo?? sin embargo, al dartelo parece que te sacas la loteria, sobre todo por lo que planeas hacer con el...
disfruta!
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