Ha terminado el fin de semana anual: enero y febrero.
Con clima peculiar se asoma un marzo entre planteamientos profesionales y personales los cuales aún no termino de desenmascarar. Tal vez quien empieza a quitarse la máscara sea yo ante el reflejo de mi pasado y me descubro a través de las tormentas, caminando en la calle con un ramo de flores, cocinando a media noche o simplemente escuchando el silencio de mi piel que cae al piso formando espirales. No ha sido fácil recorrer el mapa que me trae hasta aquí ni será menos intenso continuar el camino hacia el lugar donde dejando de ser me sorprenda siendo más yo.
Inicia marzo y con él mi primavera.
Con clima peculiar se asoma un marzo entre planteamientos profesionales y personales los cuales aún no termino de desenmascarar. Tal vez quien empieza a quitarse la máscara sea yo ante el reflejo de mi pasado y me descubro a través de las tormentas, caminando en la calle con un ramo de flores, cocinando a media noche o simplemente escuchando el silencio de mi piel que cae al piso formando espirales. No ha sido fácil recorrer el mapa que me trae hasta aquí ni será menos intenso continuar el camino hacia el lugar donde dejando de ser me sorprenda siendo más yo.
Inicia marzo y con él mi primavera.
1 comment:
Ah, yo sentía eso mismo. Febrero señala el fin de algo vacacioneal y distentido. Dios nos libre y nos guarde.
Lindo post
Un beso
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